Resumen
¿Te ha pasado alguna vez haber hecho un comentario con la mejor intención y que el otro lo haya entendido como una ofensa?
Las personas actuamos basándonos en un proceso de inferencia a partir de “datos” observables. Esto es lo que se conoce como la “Escalera de las Inferencias”.
La escalera de inferencias es un modelo que ilustra como ascendemos mentalmente desde las observaciones hasta la toma de decisiones. En el proceso, agregamos suposiciones, prejuicios, conjeturas, atribuciones, interpretaciones, opiniones, intereses y proyecciones para llegar a una conclusión.
El propósito de la escalera de inferencias es proveer un esquema conceptual que nos permita aumentar nuestra efectividad personal, disminuyendo las posibilidades de generar malentendidos, bien sea por nuestra propia inferencia o por observar la del otro.
Esta representación fue originalmente ideada por Chris Argyris, y aun cuando su propósito inicial era el de entender como funcionaban los procesos organizacionales (a partir de hechos observables y selección de datos), se ha ido enriqueciendo y aplicando a los ámbitos relacionales.
La escalera original de Argyris tenía menos peldaños, y con diferentes nombres. Existen nuevos teóricos que han incluidos hasta 7 peldaños… los siguientes 5 son los que consideramos principales:
- Hago observaciones de los hechos
- Selecciono los datos de lo que observo. Es decir, filtro de acuerdo con mis intereses, mis creencias, mis experiencias aquellos datos que me interesan.
- Añado significados a esos datos, es decir interpreto, con la misma base que en el paso anterior, agregando suposiciones que den sentido a lo que observo.
- Saco conclusiones, (emitiendo juicios y opiniones) valorando o comparando con la propia escala de valores, para poder reforzar mis creencias, suposiciones, que son las que me llevan a adoptar cierta visión del mundo que para mí es real, es mi realidad.
- Tomo acciones, decisiones, basadas en mi visión “objetiva” del mundo.
Todos los seres humanos hacemos inferencias. Es imposible vivir sin ellas. Pero no todas las inferencias son igualmente validas y no todas las maneras de inferir son igualmente productivas. Por eso, tomar consciencia del proceso que nos ha llevado a actuar de la manera en la que hemos actuado o a decidir lo que hemos decidido, nos permitirá corregir la inferencia para poder tomar decisiones más asertivas y acertadas.
Veamos cómo entrenarnos en subir o bajar la escalera…
- Tomar consciencia
- Aprender a diferenciar entre hechos y juicios
- Mejorar nuestras habilidades comunicativas
- Reflexionar sobre la interpretación que hacemos y el efecto que tiene en el otro.
- Replantear la selección de datos o bien para buscar otros datos que habían quedado excluidos.
- Argumentar nuestros razonamientos y pensamientos, y estar abiertos a escuchar los de los demás.
- Indagar en el razonamiento y pensamiento de los demás
Como en todos los procesos de interrelación, la observación, la escucha activa, y el respeto a las inferencias del otro, nos podrán apoyar a la prevención y gestión efectiva de los conflictos.
Es importante además mantener claridad sobre que, así como yo infiero, también lo hace el de enfrente, así que la próxima vez que alguien se ofenda con tu comentario, pregúntale qué ha entendido por lo que has dicho, acláralo y recuerda que, en este sentido, lo mejor es aplicar el concepto de la presuposición positiva.
Reflexiones
Actuamos según la interpretación que hacemos de los hechos; elegir qué interpretar y cómo hacerlo, te acerca al éxito personal.
Como líder, procura separar los hechos de los juicios y trata de evitar las inferencias que puedan llegar a ensuciar la relación con tus colaboradores y otros compañeros.
Pregunta
¿Eres de los que se monta películas fácilmente?
Recuerda la última vez que, por la interpretación que hiciste de los hechos y los datos, terminaste en medio de un malentendido. ¿Cómo lo resolviste?